Discapacidad Intelectual


El retraso mental, también llamado discapacidad intelectual, es un trastorno que se caracteriza por un funcionamiento intelectual significativamente inferior al promedio. Se considera que un coeficiente intelectual de 70 puntos o menos, medido por pruebas de inteligencia, apoya el diagnóstico de este padecimiento.

Por lo general este trastorno se hace evidente antes de los 18 años e implica déficits o alteraciones en diferentes áreas. Las personas con este trastorno no pueden satisfacer las exigencias planteadas para su edad, desde temprana edad se hace evidente un bajo  rendimiento escolar o un pobre funcionamiento social.
Dependiendo del nivel de disfunción, el retraso mental puede considerarse leve, moderado, grave o profundo.

¿Quién debe realizar el diagnóstico?

El diagnóstico lo puede realizar cualquier médico con experiencia en los trastornos mentales de le infancia (puede ser un psiquiatra, psiquiatra infantil, neurólogo o pediatra). Es necesaria la aplicación de una prueba de inteligencia para poder estimar el coeficiente intelectual. Contrario a lo que muchos creen, no es necesario realizar un electroencefalograma ni ningún otro estudio del cerebro para confirmar el diagnóstico.

¿Cuál es el tratamiento para los niños con retraso mental?

No existe un tratamiento que cure el retraso mental. Los tratamientos actuales estan orientados a mejorar la calidad de vida de las personas con esta discapacidad. Una vez realizado el diagnóstico se debe reducir la carga de exigencias que tienen los niños con este trastorno. Para ello es necesario trabajar con las expectativas de los padres, pues es común que inicialmente rechacen el diagnóstico. Los niños con retraso mental deben recibir educación especial, el mayor problema está representado por las dificultades que tienen muchos padres en aceptar el traslado de sus hijos a una escuela de este tipo.
Con frecuencia los niños con retraso mental suelen sufrir ansiedad,  depresión o baja autoestima, debido a esto puede ser necesaria la psicoterapia. También en algunos casos puede ser necesario el uso de medicamentos.

¿Cuál es el pronóstico de los niños con retraso mental?

El pronóstico tiene que ver con el grado de discapacidad. Las exigencias de la modernidad hacen difícil que los pacientes con este problema puedan desempeñar una actividad productiva. Sin embargo, muchos pacientes con retraso mental pueden aprender oficios y ser productivos. Algunos, por ejemplo, pueden aprender a ordeñar vacas y lavar platos satisfactoriamente. A lo largo de la historia muchas personas han trabajado toda su vida realizando estas sencillas tareas sin sufrir de retraso mental. 
Al margen de las expectativas, es necesario resaltar que las personas con discapacidad intelectual necesitan muy poco para ser felices. Si son respetados y aceptados,  si pertenecen a un grupo y son productivos, su amor propio se eleva y desarrollan la capacidad de respetar otros.





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